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Aquí la tierra se funde con mis manos

sábado, 26 de mayo de 2012

manual para un llanto pleno y sin decoro


Atiéndase bien, para llorar lo fundamental es estar triste como principio. Una vez triste siga las instrucciones sugeridas a continuación:

Primero arrugue el rostro lo más posible. Puede uno mirarse al espejo y notar como la cara se figura de manera peculiar en una mueca grave. Paso siguiente verá brotar de manera espontánea las lágrimas que vierten sus ojos semiabiertos a causa del rigor de las circunstancias.
Usted mismo se dará cuenta que no necesita esfuerzo alguno porque la tristeza alimenta al llanto debido a una fuerza o motor extraño propio del estado anímico correspondiente.
El acto se expresa de manera más cabal si no se esconde entre las manos.
Es preferible que el agente se encuentre solo ya que se pude producir un llanto con toda desvergüenza y sin ningún tipo de autorrepresiön o resistencia. Sin embargo si usted está demasiado triste no habrá inconvenientes de desatarlo en público.
No piense, no trate de racionalizar el acontecimiento, no se prive de producir una inundación, no importa el lugar oscuro donde se encuentre. Cuanto más llore mejor se sentirá después.
El tiempo estimado desde insinuación del suceso hasta los últimos suspiros es relativo a la gravedad de la pena y al tipo de ser humano de que se trate. La generalidad suele decir que los hombres no lloran. Pero usted no haga caso a la generalidad, son puras mentiras.
Una vez acabado el trance intente relajarse, séquese las lágrimas y piense en otra cosa. Si no las encuentra en su mente o a su alrededor, imagine. Pronto vendrán….