Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

martes, 8 de septiembre de 2015

Mimo



Mimo

qué palabras habrá para ponerle un nombre
yo no sé cómo llamarlo, cómo decirlo, cómo tenerlo presente
en la boca y en los labios

y su figura es tan nítida
su cuerpo tan rugoso y áspero...

habla, eso me habla
me nombra a mí que soy un ser roto,
incapaz de poner un pie sobre la escena del circo
sobre la mirada del público,
sobre las cosas que pasan velozmente.

qué decir, cómo llamarlo, qué hacer para presentar
esto que me traspasa y me condena

¿seré yo el iluminador?
O es que acaso soy un mimo sin palabras,
una marioneta de otro don que se desvive arriba
haciéndome callar y representar
la parodia del artista




La noche rota



Se ha roto. La luna, el lucero, las tres marías. También la cruz del sur junta sus pedazos. Añicos el cielo. Yo vi desparramarse la Osa Menor hacia el mar. La noche rota. El cielo ha caído hasta aquí y ahora... ahora qué. ¿Dónde están mis ojos?



viernes, 4 de septiembre de 2015

un gatito arriba de la silla



A ver. Tipo que el chabón vino a sentarse justo arriba, viste, justo arriba del gato. Y el gato, obvio, ¿no?, salió haciendo su defensa, su pasmódica irritación: ¡Miaaaauuuu! Y el chabón se pego el susto de su vida. Tipo un gran susto. Yo le miré la cara; pálido, re contra pálido estaba. Además, creemos que un par de zarpazos se ligó en el culo, ¿viste? ¿Por qué? Y bueno porque…, tipo que al chabón lo vimos andando medio agarrado de atrás, como si se hubiese cagado encima. No, eso no. La verdad es que el chabón no se descargó con el gato después. Se quedó quieto agarrándose el culo, pero no se molestó ni con el gato ni con el dueño del bar; tipo que se quedó quieto después de un rato de andar con las manos atrás, con la vista perdida, como si un fantasma lo hubiese llamado a hacerse el muerto.



miércoles, 2 de septiembre de 2015

El pozo




El pozo

Desde niño jamás vi, jamás pude mirarte la cara.
Y a mí me hubiese gustado ver las estrellas
ver cada esperanza de luna
sería feliz con ver el sol en mi frente y en las cejas
Me habría sido amable poder ver un pájaro, una nube que pasa, el mar, la montaña.
Pero en el pozo todo es negro y vacío,
todo negro y vacío.
Todo, excepto la vela encendida
la luz que alumbra un negro alquitrán
cuando la llamita baila en un sueño que veo y que miro
desde adentro, como buscándote a vos, mi hermano, mi hermana.
¡¿Dónde están mis ojos?!
¡¿Quién los ha robado?!
¡Den al reo su agua y su pan!
Pero en el pozo todo es negro y vacío
todo negro y vacío
como la tumba y la vida
como la risa y el llanto
como la calle
como el amor





martes, 1 de septiembre de 2015

Una máquina de humo



Mi palabra siempre fue seca. Por más amor que le puse, salió de mí con esa aspereza de lagarto al sol, siempre. ¡Falta agua, loco! Me hace falta mucha agua. Necesito la humedad de las mujeres, la lluvia sin freno, el bendito jugo de los dioses que pululan en las obras clásicas, Flaubert, Shakespeare, Cervantes. Como ven no tengo tempo para hablar de poesía, de cuentos, de crónica arriba de los trenes. Me da lo mismo el pan, las masitas de té o las hamburguesas de mi abuela. Mezclo, siempre fui un mezclador entre la sal y la arena, entre la azúcar y la cal. Vendí mi biblioteca por unos porotos a cambio de dientes para poder morfar. Y no soy poeta ni cronista ni político; apenas sí un payaso haciendo de Gardel, de sabio gurú mostrando magia a unos mendigos crotos.