Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

domingo, 5 de junio de 2016

Todos los otros



Todos los otros

Yo, jamás yo; todos los otros. Un pedazo de mí, algo injustificado y loco; quien remedia por su yo en la cara de los otros. Yo, jamás yo; todos los otros. El pobre, el rico, el vaya a saber qué; marginal de un hormiguero con luces que la noche revienta a bocinazos. Noche impune y feliz, en sus vestidos y sus retazos. Yo jamás yo; todos los otros. Un pozo en el agujero del mundo; una estrella en el cielo de cualquiera. Es feliz y soy dichoso, aunque mucho no desea. Busco entre nostalgia y porvenir el deseo de esa estrella, que será la de todos los otros, con su luz en mi cara, en la noche hermana de cielo, donde la luna es gris. Tu cara es mi cara, mi imagen la tuya. Soy hijo, soy padre, soy verso si pienso que estrofa ya he sido, poesía, espejo, futuro y ayer.





viernes, 3 de junio de 2016

Qué es la noche




Qué es la noche

La noche; compungido rostro que llora; amalgama entre tristeza, nostalgia; la pena grande que se eriza entre los pliegues del tiempo; el tiempo mismo y sus decenas de espacios que fraguan al instante la conciencia y las estrellas. La noche, los indios que sitian mi cuarto mi cama, la imposibilidad de soñar, el insomnio tenaz, incapaz. Y son los años y sus desdichas, la página blanca jamás escrita, el pudor de haber sido hijo siempre, la razón que demora una estrella, el hilo de tu vestido rojo, roto, moto. La noche: ¿será la noche este verso oscuro?, ¿será este verso negro su imagen luminosa? Me quitan; me están quitando todo: el cielorraso tiene una mancha; ahí, ahí están mis ilusiones, y mis revanchas.





jueves, 2 de junio de 2016

Triste



Triste

Un verso triste allende al sol, que por amores rotos ha vendido a buscarme la gloria. No será ella la primera en desnudar esta rosa: qué es para mí la vida sino un deseo entumecido, frío como la intemperie. Y voy, como palpitando seres viejos, en cada rincón de esquina, en cada rincón de mundo. Pateando hacia adelante lo imborrable, lo que no sucumbe al ayer ni al mañana. Lo que no se viste de luto, por eterno y malvado, por pérfida conciencia mía, por todo y todo lo que no puedo callar ni entender, todavía.