Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

sábado, 27 de septiembre de 2014

Agua salada



Traición de pirata y  fiel amigo perro a mis pies. Hermoso sueño verde y cercano al horizonte, pero también historia repetida de naufragios, exilios y frustraciones.

¿Quién te pintó, ¡oh!, ser tan inconfundible… tan confuso? ¿Poseidón ahora preso en la celda de Neptuno? Tesoros y cadáveres viven sepultados en tus negras entrañas. ¡Cómo no amarte! ¡Cómo no temerte! Ilusiones y pavuras nadan sobre cada una de tus olas. ¿Con qué quedarme de ti: espejismo de desierto o frescura a la orilla de mis pies? Hoy las gaviotas mansas sobrevuelan tu calma buscando los peces y el sol se derrama rojo sobre esta tarde de Dios, pero mañana, o quizás, esta misma noche, la marea subirá y un tifón se encargará de todo. ¿Se te gobierna acaso? Te temo más que a la parca y que al olvido, pero en tu belleza quisiera zambullirme. 


viernes, 12 de septiembre de 2014

Antes que cante el gallo




Transitar la madrugada, depositar el tiempo que hubo de ser nulo bajo la institución de una almohada para convertirlo, sin lugar a dudas, en horas de verdadera producción intelectual,  puede tener como resultado, lejos del insomnio o el fastidio, un acto rotundo de satisfacción. De vez en cuando, sin sistema ni orden, sino azarosamente como el origen del mundo, perder el sueño y volverse obrero de ideas solitarias puede devolvernos una clara imagen de nuestra ansiada y, sin embargo, intrínseca libertad. Se ha construido muy a pesar de cada uno de nosotros la noción de buenas costumbres, del hábito social adecuado a sitio y circunstancia. La invalidez de la ley que se yergue sin razón nos convierte de algún modo en perfectos autómatas que de noche duermen y de día viven. ¿Y por qué no plantearse esa osadía de dormir cuando realmente sí se está cansado o de obrar cuando efectivamente se está despierto? ¿No nos diferencia acaso esa libertad del gallo de las cinco?