Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

sábado, 27 de enero de 2018

sin titulo




Acepto que tu vientre en la arena se confabule con el agua del mar para darme un niño mestizo que cabalga entre peces y sirenas. Acepto de buen agrado los vientos salados que traen la noticia de un tiempo mejor, más caribeño que argentino, más azul que noche, más poesía que rutina, más bohemio que trajín. Acepto y acepto tu voz en solo trazo. Quizá el tiempo nos haga amantes de un solo grito, de una sola canción esperanzada, de cual yo seré el padre y tú la hermosa madre progenitora. Vivir no es sencillo, pero a veces el soñar nos hace las cosas más vivas, más urgentes, más necias y, a pesar de todo, más reales.





viernes, 26 de enero de 2018

El sol




¿Por qué obviar que el sol es el sol y no el fondo de una lata de membrillo que reverbera incandescente a causa de un fulgor más grande y más santo? ¿Por qué no pensar que los niños salidos de un sueño nos lo alcanzan a nosotros los adultos, que no hemos entendido aún el valor de un niño que bosteza el sol y nos trae servido el día entero? ¿Por qué obviar que las aves son pájaros en la mañana y no un dibujo flotando en un papel celeste cielo? ¿Qué es lo pequeño y qué es lo grande? ¿No será que el futuro es un niño que pide a gritos que despiertes?



jueves, 25 de enero de 2018

Invocación




Voy a nombrarte, poeta del plenilunio, para que inspires a este vástago bastardo, que pendiente está cual refugiero en la montaña. Voy a acudir a tu nombre y tu seudónimo y voy a esperar tal sereno en una calle desierta, para que tu luz refulgente me alivie la pena y acaricie mi instinto discípulo, mi coartada de amor y mi cielo de noche.





martes, 23 de enero de 2018

Vida y susurro





de qué está hecho el tiempo que susurra
el amanecer de un cuerpo en llanto y pañales
de qué se viste ese tiempo cuando el cuerpo
deja su rastro en el mundo y firma su aparecer
de qué está hecha la vida sino de tiempo y susurro...
por qué el tiempo se acaba en una eternidad y
por qué siguen muriendo y naciendo otros
mientras yo soy el que camina hacia ningún sitio





Milagros




Me decía el flaco que dios es ya tan chiquitito que entra en una nuez; quiso decir, adentro de la doble cáscara arrugadita posiblemente flotadora en un mar de dudas. Y sentí que el pibe tenía razón: cada vez más pequeña era la fe en superhéroes, cada vez menos clara y cada vez más nula, aunque, me decía el flaco, empecemos a hacerle caso a los milagros. Puede ser, insistía, puede ser que los dioses estén muertos y que Nietzsche o como carajo se llame el Dionisio tenga toda la razón; pero el muy demasiado humano olvidó, me decía el flaco, olvidose de matar a los milagros. Y es por eso que empecé a darme cuenta que hay un Milagro para cada pequeño dios y que es más grande y más loable pedir por Milagros que por providencia divina, pedir por Milagros que por fe en dios, pedir por Milagros directamente, sin intercesión de ninguna emanación sustituta. Creer en los milagros aunque estemos muertos de risa.





sábado, 20 de enero de 2018

la dicha no es cosa de locos




la dicha no es cosa de locos

Hay ya tantas noches de libres excusas para no dormir, tanta gaviota suelta en el puerto pesquero del alma, hay tanto vozarrón cantándole a esa insomne luna tiesa y febril, tanto perrito llorón dándole vueltas a la cola, hay tantas noches de libertad y regocijo, que nadie fija en mí ni yo en los otros el porqué no pego las pestañas y me dedico de lleno a dormir o a soñar con aquel barquito hecho de noticias viejas que llevaría entonces un soldadito como única tripulación. Me pregunto cuál es el precio de la felicidad ajena y me doy cuenta que me importa un pepino si reís o llorás, si hay hambre en tu heladera, si hay gula en tus billetes, si hay desidia en las últimas tus decisiones. Pero, amigo, o no tan amigo, basta decirte con un balazo frío que yo soy feliz, no por el desvelo, no por las gaviotas volando ni por lo perritos aulladores. Ni siquiera la luna es feliz por serlo. Dicen que hay que poner la otra mejilla, y lo haré de muy buen agrado, salvo que no hay más que dos, y que una vez expuesta la segunda al último golpe ya el paisano sabe decir que no, y poner un puño en respuesta. La felicidad no es cosa de dicha. Hay que saberse romper el sueño y mal vivir con unos cuantos porotos. Pero al final del camino uno se mira en el arroyo y una deliciosa figura sonriente le marca la felicidad y el destino.




SIN TÍTULO



sin título

este poema no tiene título
porque su tema es injustificado
Es más: no tiene título porque no tiene tema
No tiene tema porque no tiene ni modo
ni tiempo
ni siquiera una metáfora solita

Este poema habla de lo ninguno
de lo no dado
como algo que no puedo describir
porque se parece mucho
a una renuncia

Este poema no es lucha
ni amor
ni muerte

Este poema no ha nacido
y por eso aún no es poesía
aún no cabe en una canción

Solo el lector intrépido y atrevido
es capaz de darle su motivo
su lucha
su amor
su muerte
sus manos

domingo, 7 de enero de 2018

Manuel el pensador




Atrás, tapado por las hojas de un diario viejo, duerme don Manuel el pensador. Se rasca la cabeza, hace como si soñara algo y discute ensimismado acerca del poder y la política, mezclando frases de poeta cimarrón y prosaico discurso aparentemente filosófico. Es un perro viejo, dicen los vecinos. En realidad, lo tratan como si hubiese sido en otra vida un perro del común; pero Manuel el pensador, llamado por otros también el discípulo de Sócrates el griego, es un hombre hecho y derecho, aunque torcido por la intemperie y el alcohol. Un par de cartones retorcidos y sucios le hacen las veces de colchón y cama en la esquina de Brasil y Defensa, justo en frente del Parque Lezama. Las hojas de diario lo tapan y lo dejan detrás del mundo, ferviente mundo de ingratos ignorantes, suele decirse él algo así como entre dientes, con los pocos dientes que tiene. Para muchos es un simple perro humano, para otros un hombre echado a perder; pero los menos y más sabios lo han calificado como un inconfundible pensador de teorías y utopías, un vagabundo que está al tanto del mundo, de sus noches y sus días, de sus guerras y sus treguas. No quiere nada con nadie. A veces una monja santa viene y le da un sándwich de mortadela. Y así vive, pensando y pensando su mitología filosófica. Quien lo quiera conocer no tiene más que tirarle unas monedas.





jueves, 4 de enero de 2018

hombre





Hombre has sido finalmente al andar por los caminos viejos del pedregullo; no tanto se es pensando y poniendo lo pensado como sí lo es el andar por aquí y por allá caminado, que de tanto errarle al paso uno ya encuentra cómo poner el pie, se distingue entre la polvareda y ha puesto firma y poncho a la identidad que se va haciendo con los años.