Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

domingo, 27 de julio de 2014

Mar del Plata de noche




Desde que el sol se puso y después de las primeras escasas estrellas, Mar del Plata brilla con la luz de la luna llena. Reflejada en las pequeñas crestas de las olas,  en las caras que miran el horizonte negro, abrazadas o solas, sobre un rincón de playa ciega ,o tal vez en las manos que pintan en sombras sus propios homenajes sobre alguna roca en Cabo Corrientes, o también en los labios que fuman la brasa que crepita anaranjada mientras se acodan los cuerpos sobre el borde de la rambla, ella, la luna, hace lucir toda la ciudad. El calor menguante, convertido en resabio de la tarde que guarda enterrando los pies un poco, una tibieza secreta, parece haber encapsulado el vapor en una nube de gente que va y que viene por Colón para llegar al bar de una esquina y no hay sueño dormido que no sea despertado por esa multitud. Las luces eléctricas como dioses terrenos derraman su espectro sobre calles y edificios. 


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