Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

jueves, 6 de noviembre de 2014

Crisis




Restar, restar, restar.
Disminuye, disminuye, disminuye.
Números en rojo.
Entretanto, sube el agua.

Primero hasta las pantorrillas. Luego,  hasta la cintura sin percatarnos de las rodillas. Ahora el agua a la altura de los codos. Ahora, en el cogote (subiendo). Finalmente, nos tapa.

Agua negra, barrosa y fétida. Opaca, un bloque líquido impermeable: incapaz de mostrarnos una imagen. Así, por encima de nuestras cabezas.

Uno- Tres veces vino desde el fondo de un sueño mal dormido la idea de empezar a salir a flote con la brazada y la patada más próspera. Después de varios intentos, desistí porque llegué a comprender otra mejor cosa.

Dos- A veces, no se trata de nadar hasta la superficie. A veces es cuestión de hundirse uno todavía más de lo que determina el agua: nadar para abajo, nadar bien hasta el fondo, llegar al piso del mar que nos comió.

Tres- Así fue como hallé tanteando el tapón. El mar tiene tapón y al quitarlo, desagota.



2 comentarios:

  1. Hola, estas estrofas me vuelven loco, amaria saber quien es el/la autor/a

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  2. El autor es Javier Santos Rodríguez

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