Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

jueves, 25 de junio de 2015

Escurridizo



Escurridizo

A mí no me hallarán ni la gota de ciencia, ni la esfera filosófica, ni los rayos del sol. Soy un pedazo ínfimo, partícula pequeñísima del universo todo. Universo todo: sistema de galaxia en galaxia en galaxias; espacios y tiempos infinitos, y en esas múltiples cosas, yo, pequeño.

 He inventado sin embargo el arte de salirme; ni hombre, ni mujer, ni niño, ni perro, aunque sea un poco todas esas cosas. Volver al origen del pensarse, de redefinirse, de releerse, de hacer con la vida un signo múltiple de sentidos múltiples de lecturas heteróclitas y nuevas. Porque la libertad es el problema y la visión fundante de toda existencia, he de sentir, de pensar, de ser una mínima sustancia vertebrada, alma buena sin escrúpulos, con agua santa en la boca por donde escupir las estrellas.

Crear es la imagen primerísima, la del sabio inventor de un infinito bang a partir de lo seco, sucio e impune, frágil y mortal. Y en entre medio, muchas nadas, muchos nulos, ronroneantes aplausos de vacío destripando lo viejo incansablemente para volverlo a decir.

Yo me escurro y me escapo como el agua de un espíritu loco que no se puede adaptar a una ley universal, ni a un dogma muerto, ni a una bionaturaleza, ni a un freudiano inconsciente. Soy poca cosa; pequeño como un carbón encendido en la palma de una mano.




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