Los celos
Tú jamás tendrás el cielo azul entre tus manos; por más cielo que sea, tú jamás tendrás un cielo; por más ella que sea, tú jamás encontrarás amor entre sus pechos, tú jamás sabrás quererla tal cielo azul entre tus manos, tú jamás nunca, nunca jamás. Porque yo la he querido tanto, tanto, tanto. Porque la he sabido querer como la leche para un niño cuya sed halla infinita, cuyo hambre lo quita su sed.
Y tú te la llevas como si fuera una bolsa de dulce, como si ese amor que le tengo se disolviera en el aceite de tu nafta, en los billetes que compran la feliz vida de un don juan, en este mundo tan chato.
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