Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

martes, 6 de febrero de 2018

Enceguecido



Enceguecido

¿Desde cuándo el tiempo es un ser invisible, incapaz de hacerse uno conmigo? ¿Desde cuándo un lugar es un espacio, y un espacio vacío, incapaz de hacerse uno conmigo? No entiendo por qué ni desde cuándo el amor tiene su lugar en lo eterno. Ni tampoco comprendo cómo es que hay un dios para cada esfera luminosa. Sólo sé que no sé nada, y de eso estoy seguro: lo que me basta para andar por la vida con un bastón gastado, que tantea ciego el camino, la voluntad y el deseo. Lo demás, es un cuento chino, que habla de mí con un mítico sentido. Nada de todo eso soy yo. Nada de todo eso seré. Nada hay en mí de todo eso. Porque si hay un tiempo, ese tiempo es un lugar, y si hay un lugar, ese lugar es aquel tiempo. Existir es tan mínimo e imperfecto que, a cuenta gotas, vamos haciendo  los senderos. Vivir es aparecerse hasta irradiar luz como una vela. Finalmente un viento nos sopla el fuego, y extinguimos el ser con la muerte inadvertida. Quiénes somos: alumnos en las sombras que encienden un fósforo para verte la cara.




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