Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

lunes, 20 de octubre de 2014

Cataclismos





No es verdad que la luna llena me ilumina esta noche. Yo veo apenas una luz blanca teñida de azul refregando mis manos agotadas. Esa esfera que se tiene arriba, sostenida por algunos hilos invisibles y privados es más bien una lámpara de escena montada para un artificio de libertad. ¿O acaso el cielo es capaz de darme un grano de absoluto? Yo veo las constelaciones revestidas de alambres  y no hay estrella virgen para reglarle un poema. Pronto el aire que respiro será también encapsulado y mi voz se quebrará en el silencio queriendo cantar un himno de humanidad. Hasta hace unos días creí que al menos yo era yo, que había un resquicio libre de paredones y rejas en mi subjetividad, que nada había violado mis sueños. Pero la historia ha hecho otro estrago. Entre mi voluntad y mi existencia se está levantando una serie de ladrillos alineados como un ejército áspero y frío. ¿Quién soy? Por lo pronto una idea incapaz de concretarse, un amor incapaz de ser a pesar de resistir. Si todavía conservo un sueño es porque escribo, si todavía tengo un deseo es porque escribo, si todavía quiero creer es porque estoy haciendo esto. Todo se ha prostituido en mí, menos la letra sobre el abismo.


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