miércoles, 29 de octubre de 2014
Ella
Busco rezar pero no tengo dios. Voy tanteando despacio, desde acá abajo y con la mirada táctil, la nube de arriba. Pero solamente hay vapor de agua, gotitas suspendidas en el aire y un poco de luz que no me permite poner los ojos. Después me fijo bien y por acá, cerca, alrededor. Pero no hay más que motores y humo. A veces, pasa una mujer y me mira con deseo de diosa. Ella no tiene ángeles custodios ni enemigos diablos. Al andar, mece un poco sus caderas y yo, embobado, le empiezo a rezar devoto una canción de amor. Se ríe de mí como si yo fuera un niño bufón, pero, inmediatamente después, me lanza al viento un beso que es milagro.
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