Pensar. Vagar primero errabundo por la mente blanca de la nada misma. Luego, pensar. Ponerse a hacer el ejercicio de ver por detrás de los ojos el quid de la cuestión, la intríngulis más justa y puntual del problema, el tema formidable y conciso que dé lugar al razonamiento lógico más eficaz y consiente que determine un fluir de premisas y conclusiones, conclusiones y nuevas premisas que nos hagan llegar a una mentira (hermosa por donde se la mire) y largarla al viento en todas las montañas y los ecos, para que se repita incansablemente hasta cubrir las cabezas de toda la multitud del pueblo y, así, embellecer la democracia y elaborar un manifiesto o discurso de principios falsos y perversos que contagien, como con píldoras alucinógenas, el corazón de una millonada. Así. Felicitaciones: en primera vuelta por mucho.
sábado, 15 de noviembre de 2014
Demagogia
DEMAGOGIA
Pensar. Vagar primero errabundo por la mente blanca de la nada misma. Luego, pensar. Ponerse a hacer el ejercicio de ver por detrás de los ojos el quid de la cuestión, la intríngulis más justa y puntual del problema, el tema formidable y conciso que dé lugar al razonamiento lógico más eficaz y consiente que determine un fluir de premisas y conclusiones, conclusiones y nuevas premisas que nos hagan llegar a una mentira (hermosa por donde se la mire) y largarla al viento en todas las montañas y los ecos, para que se repita incansablemente hasta cubrir las cabezas de toda la multitud del pueblo y, así, embellecer la democracia y elaborar un manifiesto o discurso de principios falsos y perversos que contagien, como con píldoras alucinógenas, el corazón de una millonada. Así. Felicitaciones: en primera vuelta por mucho.
Pensar. Vagar primero errabundo por la mente blanca de la nada misma. Luego, pensar. Ponerse a hacer el ejercicio de ver por detrás de los ojos el quid de la cuestión, la intríngulis más justa y puntual del problema, el tema formidable y conciso que dé lugar al razonamiento lógico más eficaz y consiente que determine un fluir de premisas y conclusiones, conclusiones y nuevas premisas que nos hagan llegar a una mentira (hermosa por donde se la mire) y largarla al viento en todas las montañas y los ecos, para que se repita incansablemente hasta cubrir las cabezas de toda la multitud del pueblo y, así, embellecer la democracia y elaborar un manifiesto o discurso de principios falsos y perversos que contagien, como con píldoras alucinógenas, el corazón de una millonada. Así. Felicitaciones: en primera vuelta por mucho.
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