Cuidador de los surcos
El canto está en mi mano abierta aunque calle.
La voz sonríe entre las palmas blancas, aunque no estén.
Vivo sorteando el bloqueo de la angustia,
Vivo sembrando semillas de libertad, o humus para la libertad.
Los pájaros sobrevuelan la carne de la muerte, pero los espanto con palomas.
Palomas blancas como palmas.
Palmas negras como tus ojos limpios y vencedores.
Ojos limpios que me miran detrás del llanto, y sonríen
Sobrevivo al huracán. Ventarrón de los cielos. Vorágine y vértigo.
Voy cometa arriba entre las nubes
Y una parte acá
Enterrando la carne de la vida que se queda…
que se va.
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