Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

miércoles, 4 de marzo de 2015

Buscando mi lector



Buscando mi lector

Nunca pensé el acto de escribir mis poemas, mis relatos, mis cosas, como una actitud hacia afuera, aunque lo sea: a fin de cuenta lo es. Pero yo voy queriendo encontrar un lector, un sujeto que esté del otro lado de la orilla de mí, uno solo me basta, un reflejo quizás. Y lo elijo sin mirar, lo voy encontrando en mí mismo un poco, lo vislumbro adentro de mí como si estuviera guardado en mi consciencia, pero sabiendo que hay alguien afuera con la misma enfermedad o dulzura queriendo encontrarse. Lo hago con el fin de llegar a reconocerlo como hermano o hermana, a tener un trato familiar con él o ella. Siento que soy un ser humano determinado, con particularidades específicas, pero también guardo conmigo alguna motivación general y antropológica que se refleja en ese lector o lectora que empiezo a querer y que, por alguna especie de vaso comunicante, nos entendemos. Hay un afuera y un adentro. Y yo sé que el lector aquél, ese que debe estar en un rincón del mundo está también en este adentro que soy yo, con todas mis subjetividades y complementos. Hay un salto, claro. Hay un acto de fe donde uno debe creer religiosamente que ese o esa parte de afuera nos está esperando este adentro. Mi actividad de salir en busca de un lector no es tan distinta de la de salir a encontrarme con otro que está de alguna manera implícito en mí. El aplauso es ruidoso, incapaz de llegar a la raíz principal del enunciado, y muchas veces censor o condescendiente, pero nunca un acto de reconocimiento, de abrazo fraternal surcador de los abismos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario