miércoles, 3 de junio de 2015
El puño en el corazón
A veces recurro a un signo idealista, mi manzana mordida, el puño en el corazón; y persigo una esfera lejana, quizás estrella. Convierto el oprobio en el sueño donde somos héroes, redimiéndonos con la idea del pan, combatiendo las perennes horas fútiles y mostrando los otoños por donde el sol se filtra entre las ramas.
Locura sin suelo, me irán a decir. Pero no dejo que la pesadilla sea más que nuestra sombra. Sigo soñando otra verdad, otro modo, otra cosa. No me resigno a dejar de pelear por lo que nos nombra. Esa verdad que los jefes vestidos de angelito, con sus títulos y postítulos, sus honores, sus curriculums, conciben como falsa, conflictiva y adversaria.
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Impecable
ResponderEliminarMuy bueno, es tuyo?
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