Ensayo: Dos
paraguas abiertos y un macaco chillando a lo loco
Hay días en
que los sueños se hacen realidad. Pero, también, y a la inversa, hay días en
que la realidad se hace un sueño.
Para la
primera opción tenemos, cantidad considerable de casos y variantes, tantas
circunstancias que podremos hallar un enorme conjunto de ejemplos, de
bibliografía, de hipótesis, de conclusiones más o menos resueltas, un panorama
conceptual relativamente vasto para lo que se refiere al tema, que no
ahondaremos en ello. Sólo mencionaremos un-sueño-hecho-realidad para oponerlo a
los casos menos frecuentes y de los cuales nos iremos a ocupar a continuación.
Estamos refiriéndonos esencialmente a los tipos la-realidad-hecha-un-sueño.
Primero nos
ocuparemos de los diferentes campos en los que se le puede llegar a cumplir el
fenómeno en cuestión. Valga redundar en que la más de las veces sucede que la
realidad es realidad, que el sueño es sueño y que, suplementariamente ocurre o
puede ocurrir que los sueños se trasforman en situaciones cotidianas. Imagínese
lo que queda de campo libre para nuestro asunto, las realidades hechas sueño.
Es, en verdad, un tema difícil de tratar, pero no por eso imposible.
Trataremos
de empezar de manera estructural y sintética. Volcaremos a priori las categorías de la-realidad-hecha-un-sueño a
los casos particulares. Primero armaremos el marco conceptual y después, hasta
donde podamos, nos dedicaremos a ejemplos y casos específicos. La función de
nuestros intentos es poder dar algunas reglas que se adecuen a cada situación
poco común.
Postularemos,
para nuestra hipótesis, los siguientes conceptos estructurales que hacen estos
fenómenos ocurrentes y escasos se den, que estas mínimas situaciones
realidad-sueño confluyan.
La primera a nuestro entender es la propiedad
mental del hombre de la imaginación. El hombre tiene gracias a esta cualidad
virtual la posibilidad motora y real de llevar a cabo una proyección en el
espacio y en el tiempo de tal forma que lo imaginado, lo vislumbrado, lo
concebido interiormente, puede llegar a ser una realización factual, una
creación, una naturaleza nueva.
El
siguiente concepto estructural, constitutivo del andamiaje hipotético del cual
se verán funcionando maquinalmente los casos particulares, se lo puede
distinguir como un conjunto marco de conceptos más pequeños cuyo aporte se los
debemos al surrealismo. Nos subirnos a esas espaldas para poder dar cuenta de
nuestro fenómeno en cuestión: la realidad-hecha-un-sueño.
Pero para
ahondar mejor en tema nos es necesario hacer un recorte del surrealismo y dar a
conocer unos pocos aspectos en los que nuestro movimiento y el movimiento lucitario como patrón han impulsado desde hace más de veinte años.
Unos de los
aspectos del surrealismo que nos convoca, a nuestro entender y desde la óptica
lucitaria, es la utilización en masa de artilugios y temas paradigmáticos, de
situaciones donde confluyen lo onírico con la cotidianeidad a la manera de
collage y, como el lucitarismo propone (nosotros nos sumamos a ello), el uso
indiscriminado de posibles e imposibles en un mismo plano, o posibles y
posibles puestos en juego de manera tajante. Con esto queremos decir que, dados dos
posibles correspondientes a un escenario distinto cada uno, se los puede llevar y superponer en una misma situación o escena y hacerlos funcionar de una
manera arbitraria, no natural.
Entonces,
en resumen, tenemos dos aspectos fundamentales para la formación del fenómeno
una-realidad-hecha-sueño. Primero, la imaginación; segundo el surrealismo
interpretado por el movimiento lucitario en sus conceptos de situaciones
paradigmáticas, collage y arbitrio escénico.
Ahora,
llevemos a ejemplos prácticos toda esta estructura expuesta hasta aquí. Tomemos
de la imaginación un mono africano, un macaco de algún sitio de la selva
africana; encerrémoslo por el momento en una jaula y trasladémoslo a un
escenario vacío. Tomemos ahora también de la imaginación dos paraguas de
cualquier ciudad con lluvia, quitémosle a dos transeúntes el paraguas que llevan
en sus manos. Bien, ahora, otra vez por translación llevémoslo al escenario
donde está el mono (ahora el mono chilla a lo loco). Pongamos los paraguas ahí.
Bien. Listo. Hemos concluido nuestro trabajo.
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