Las malas costumbres
Hay gente que nada tiene en el pecho, que se pasa la vida haciendo maniobras para restituirse el corazón, que viene diciéndose a los adentros por qué yo, por qué soy yo. Y no hay nada en el mundo que les pueda dar un pájaro, y una canción. Son ellos, como bastardos huéfanos de pan y manteca, los que les quiero dar de abrazos; porque ¿no son ellos los desnudos, a pesar de sus lindos atavios y uniformes?, ¿no son ellos y ellas quienes tienen un pedazo de infierno en el lugar de su ombligo? Bendita esa gente que no les da la espalda por ser más ciudadana y hermana. Hay gente que nada tiene en el pecho; yo les guardo una canción.
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