Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

viernes, 9 de junio de 2017

Tiempo






Tiempo


Para que el tiempo transcurra es necesario el tiempo y nada más que el tiempo. El tiempo es el mismo pasar del tiempo que pasa y hace crecer los naranjos y los jazmines, envejecer los árboles y los hombres, morir para dejar nacer lo que viene después, siempre después. Y es el tiempo a imagen y semejanza de sí mismo, su reflejo perfecto, su espejura insondable. Así es el tiempo. Un tiempo es su ensimismado carácter circular que a la vez es línea; porque el tiempo, solo el tiempo, viene y va, viene y va, siempre más allá y siempre más acá. No nos es dado satisfacer una figura más clara que lo diga entero y de una sola vez. El tiempo se nos escapa y no hay una eternidad más larga y más efímera que su propia condición. No la hay. Hoy casi que estoy cumpliendo mis 36 años, y no encuentro manera más fácil de definir esto que sucede. Pasa y pasa el tiempo. Rueda y rueda la hora, los días, los equinoccios y los abriles. No hay lugar dónde detenerlo o guardarlo para siempre. No hay fotografía que valga la pena. Es el tiempo la clara conciencia de que estamos de paso, arriba del mundo que también tendrá su fin.





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