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Aquí la tierra se funde con mis manos

lunes, 9 de diciembre de 2013

Pronóstico de un verano sin vacaciones



Una atmósfera de enero del año dos mil catorce, sobre el paralelo treinta y cuatro del hemisferio sur y el meridiano cincuenta y ocho del hemisferio occidental, para ser más precisos, en el medio de la ciudad de Buenos Aires, cuando la humedad de un ochenta por ciento, en conjunto con la ausencia de vientos, marque una sensación térmica de más de treinta y cinco grados centígrados durante la hora de un mediodía sin nubes, cuando el cenit raye el asfalto y lo ablande a temperaturas imprevistas, me verá sudar sobre su abrazo en el medio de la avenida Santa Fe mientras los automóviles y los micros se van a la mierda.


2 comentarios:

  1. El verano solo puede ser agradable para "los que se van a la mierda", al mar o algún lugar que cuente con agua refrescante para sumergirse. Todo un vaticinio "cuando raye el asfalto y lo ablande a temperaturas imprevistas, me verá sudar..." es lo que hace literaria y particular esta vívida descripción de la ciudad en una jornada calurosa. En días así solo queda apelar a la piedad de los árboles o refugiarse en algún lugar que tengan aire acondicionado.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Analía. Sí, la piedad de los árboles y el aire acondicionado...si no se corta la luz.

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