... y como venía diciendo hace dos horas de extensa perorata, caminando
desde la puerta a la ventana y desde la ventana a la puerta tantas veces que no
puedo precisar cuántas, el tiempo está determinado por la sucesión de hechos
que atañen a las sustancias que, al cambiar de lugar o de estructura,
conforman, lo que comúnmente se llama acontecer. Para esquematizarlo podríamos
hacer una línea en el pizarrón de esta manera y poner en los distintos puntos
que conforman esta recta, de izquierda a derecha, el pasado, el presente y el
futuro. Ahora, sin caer en la mentira, también podríamos notar que: el futuro, cosa que veremos más adelante, todavía no
existe, sólo puede tener realidad en nuestra imaginación; que el presente es lo único real en términos concretos y existenciales,
a pesar de ser totalmente efímero y evanescente; y el pasado solamente real, asumiendo que no es palpable, siempre y cuando lo consideremos una memoria caótica de la cual se recorta nuestra historia ordenada. La
historia, y ya habíamos hablado la clase pasada, podría decirse que parte de
una construcción que nos remite a nuestro ayer y nos sirve para proyectar
nuestro mañana, debido a las pautas que habíamos mencionado el otro día. Pero
al ser una construcción humana que tiene como fin mirarnos hacia adelante, es decir
una porción del pasado que tiene una utilidad hacia el futuro, también es una
memoria tendenciosa. Por lo tanto, estimados estudiantes, el "tiempo pasado", lo que se entiende por convención como "historia", es una verdadera ficción embrollada. Si alguien está en desacuerdo tiene todo
el derecho de expresarse. Una vuelta una mujer supo refutar todo este argumento
y me demostró que la historia es tan
real como la vida. Discutimos unas horas, pero ella logró convencerme. Otro día
nos dedicaremos a su planteo. De paso, y no está de más advertirlo, los dioses...
domingo, 9 de febrero de 2014
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Muy interesante.
ResponderEliminarGracias por comentar, seas quien seas, te estoy agradecido.
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