Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

jueves, 6 de febrero de 2014

La importancia de un pozo



Cuando una puerta se cierra definitivamente con mil vueltas de llave y candado en varias partes a lo largo de toda su dimensión, nosotros, mortales que vemos cada frustración como el principio de esa condición que nos envuelve y nos iguala, lloramos amargamente el duelo sin descubrir de primeras, por la imposibilidad que las lágrimas nos infieren con su cortina nubosa y húmeda, una puerta imprevista abierta de par en par. Y a pesar de que otros ya se han dado cuenta y nos dan señales muy claras y exageradas, nuestro rumbo se atasca en una laguna podrida que mira hacia la ventana de lo que pudo haber sido si. Sin embargo, y aunque parezca incorrecta la expresión y el concepto, ese tiempo estancado en ginebras, no es menos que un preámbulo para salir del pozo. No hay angustia que no tenga dentro de su consistencia turbia y desordenada las coordenadas y los códigos más recónditos de nuestros verdaderos anhelos y verdades. Cuando son reconocidos basta salir del bar y echarse a caminar por la vereda del sol para encontrar la bendita puerta que queremos.  


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