Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

jueves, 11 de diciembre de 2014

Olvido de ausencia


Olvido de ausencia






Hay silencios como ecos que se expanden por toda la casa. Y es la memoria, el monólogo interior que choca, una y otra vez, en las paredes pintadas y vacías. Silencios que suenan y se disparan infinitamente espejados para terminar de vuelta en uno que se enrosca memoriosamente reflexivo sobre el mantel, las sábanas, los libros y las plantas.

Después, un rato de después, encierro la conciencia y la encapsulo mintiéndome que la historia la puedo encajonar sin nombre en un legajo roto adentro del último estante. Y hago como si, me preparo la vida como si, cierro las persianas para hacer como que es de noche aunque el sol ablande el asfalto a mediodía. Pero no. Nada de eso. Es la vida que viene a pedir clemencia y a mendigar ese amor ido, incapaz e irrecuperable que tantea la oscuridad y ese formato de olvido para desmentirlo y hacerlo caer hacia la cruda realidad y la botella de ginebra.

Silencio. Una y mil veces silencio. Mañana vuelve el lunes y ya no tengo tu mano, ni tu voz, ni el humo del último cigarro dando vueltas en la casa.




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