Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

sábado, 25 de abril de 2015

Papá



Papá



Nace. El vacío infinito deja una porción de la nada en pos de sí para ubicar entre mis manos una vida pequeña. Y soy una especie de refugio de piel y carne templada que viene  a cobijarlo. Lo nombro como si fuera mío, como si yo fuera un verdadero padre para él, como si olvidara que es del mundo y de la vida en realidad, de la patria de un cielo y una tierra para él y no para mí. Lo vuelvo a nombrar, le digo Pablo, Pablito, y parece ser que su corazón pica más fuerte al mirarle los ojos y el llanto. La madre, la pulsión que lo ha expuesto y le ha dado identidad con trabajo de parto, sonríe con lágrimas celestes mientras mis manos temblorosas de novedad se lo entregan a su pecho. 


   

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