Buscar y encontrar

Aquí la tierra se funde con mis manos

viernes, 1 de mayo de 2015

Despedidas



Despedidas

Trona el cielo, ruge el viento, cae la lluvia invisible. Esta noche no podré dormir; iré borrando recuerdos a cada hora.

Cerré definitivamente la puerta por la que podíamos tocarnos un poco las manos, la ventana que daba al jardín . Vendimos los muebles que nos hacían el living, la cocina y la casa para dos; mañana vendrá el camión de mudanza para ver si se puede llevar también la pena. Escucho el agua que cae y la imagino nuestra desgracia, como un barco que se va hundiendo solo.

Si perdimos los ladrillos de aquello que era la construcción del palacio azul, no fue por culpa de ninguno de nosotros los albañiles del amor. Yo entiendo que una cuota perversa de azar se interpuso entre la cal y la arena. Vislumbro también la sospecha de que ese azar te tocó con magia a vos y me tomó de sorpresa, finalmente.

Pero si llueve tanto es porque esta agua negra que nos fundió en el principio de olvido era grandemente necesaria. Todo azar es necesario para este mundo loco. Y ya voy olvidando, ya paso a borrar los primeros registros precisos de la memoria. Cada diapositiva empieza por perder nitidez hasta finalmente blanquearse, pasada por agua.




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